Grecia: festín de los bancos alemanes y franceses a costa de los indignados
Carlos Palos. La deuda de los bancos franceses y alemanes refinanciada con cargo a fondos públicos europeos, los nuestros incluidos. Y Grecia más que refinanciada, humillada. Los bancos, mayoritariamente franceses y alemanes, que en su día cometieron la torpeza de prestar a Grecia atraídos por unos tipos de interés altísimos, no han perdido dinero, Europa, es decir, nosotros, pagaremos. Una vez más se cumple la máxima fatal del sistema financiero: si quiebra el ciudadano, se le condena; si quiebran los bancos, los ciudadanos ayudan. Nos han robado la cartera. Un escándalo en toda la regla. La famosa quita, pedida por los economistas y el sentido común, no se ha producido, pues Merkel y Sarkozy tienen más fuerza que los presidentes de países periféricos.
No lo han denunciado los indignados, que yo sepa, aunque tendrían que haberlo hecho, pero no es fácil saber de economía cuando los ciudadanos consumen una media de cuatro horas diarias de televisión. No es fácil saber quién te defiende y quién te vende humo. Aquí radica el principal problema de los indignados y de paso de una entera sociedad: nos hemos desentendido de la cosa pública y cuando nos mangonean no sabemos quién es, porque no sabemos desentrañar mínimamente el entramado financiero político internacional. Malas compañeras de viaje la ignorancia, la pereza y tanta telebasura.
La economía resulta a veces difícil de comprender, sobre todo si se actúa ante la precariedad. La fórmula de renegociación de la deuda es necesaria, no cabe duda. Pero la solución no debe buscarse en un modo simpplista, que no será posible cumplir. Sabemos que las naciones pasan temporadas de vacas flacas y otras de vacas gordas. Así, la banca nacional alemana se fue a bancarrota tres veces el pasado siglo, para remontar de forma asombrosa después de cada quiebra. Lo mismo sucederá en el futuro a Grecia, por lo que me parece cabal que parte del pago de la deuda se supedite a esta remontada, con un interés que entonces podrán cubrir.
Lo que no se puede pretender es que paguen todo ahora, porque supondría miseria para sus ciudadanos.
Hay otra parte que podrían resarcir en materia prima, pagando en especie.
Luna
julio 4, 2011 at 8:11 pm
Muchos economistas sostienen que no es ni necesario ni bueno renegociar la deuda. Es mejor constatar la quiebra y convocar un concurso de suspensión de pagos, es decir, una quita.
barcelonavida
julio 5, 2011 at 11:35 am