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Ya estoy curado

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Terminó la quimioterapia con muy pocas consecuencias que puedan tenerse en cuenta. Algo de náuseas, un poco de cansancio (a veces) y pequeños malestares, pero pocos. Sólo queda la flevitis -que va mejorando- y algo serio: Coágulos en los pulmones, muy típicos en los que hemos pasado por estas sesiones. Son migratorios, esto es que se forman en los brazos y piernas y terminan por depositarse en los pulmones, por lo que tengo que inyectarme heparina a diario. No pasa nada, era una d elas molestias que sufrió mi mujer durante los embarazos. Siempre pensé que deberíamos poder compartirlas los maridos, pues aquí lo tengo.

Me hicieron un TAC con contraste y unas pruebas espirometría y ví parte  de los resultados en la pantalla: Tengo mejor soplido que antes de operarme, aunque me hayan recortado un pulmón. Llego a los seis litros de capacidad, lo que entra dentro de lo normal (Aunque no sea para tirar cohetes).

Hoy tenía visita con la oncólogo, en donde me dirían si era necesario seguir más tratamientos. La verdad es que esperaba que sí, que se tuvieran guardado un nuevo episodio y que tendría que cambiar de unidad, para nuevos pinchazos de substancias extrañas y vaya usted a saber qué más… Pero he tenido la alegría de saber que me dan por completamente curado, que puedo hacer vida normal en todas las facetas posibles y que únicamente debo seguir controles trimestrales, en que se me harán pruebas para prevenir una recidiva, que no tiene por qué haber.

Aún no me lo puedo creer, es una alegría mayor que si me hubiera tocado el «gordo» de la lotería, que no ha sido el caso.

He de agradecer los cuidados del equipo interdisciplinar del Hospital Clínico de Barcelona, que lo ha sabido llevar con absoluta diligencia y profesionalidad, quedando admirado por su eficacia y sus cuidados hasta el menor detalle.

La mala noticia es que peligra la llamada «Inther-unit», unidad especializada en nuevas terapias oncológicas, que tan buenos resultados está cosechando y a quien tantos pacientes debemos curaciones como esta. Al parecer, él mal pulso económico puede hacerla desaparecer, perdiéndose parte de lo mejor que tenemos en la lucha contra el cáncer de la Sanidad española.

Pido a Dios que la mantenga y aumente su dotación, encontrando para ella un espacio mayor, a la vez que le doy gracias por haber salido con bien de esta enfermedad y de recuperarme tan pronto.

Agradezco a todos vosotros vuestros desvelos y preocupaciones, las oraciones que han sido atendidas. Y me voy a celebrarlo ahora mismo.

Gracias por todo.

Señor Cangrejo.

Written by barcelonavida

diciembre 27, 2012 a 10:33 pm

Una respuesta

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  1. Dad gracias al Señor por la vida y por la muerte, por la salud y por la enfermedad. «Él hiere y da la medicina», que dice la Sagrada Escritura. Dad gracias a Dios por el Señor Cangrejo.
    Yo te doy gracias, Señor, porque mi cuñada todavía podrá tenerlo todos los años que Tú sabes y yo no. Yo te doy gracias. Como padrino de su hija, te doy unas gracias muy grandes porque no tendrán que contarle un día, cuando entienda más, una historia de algo muy triste que con su padre pasó, y le contarán, en cambio, que Tú -porque lo veías tan bueno- no te atreviste a privarla de él. Yo te doy gracias.
    Yo te doy gracias de parte de mis hermanos, que también te dan gracias. Te doy gracias en el nombre de tantos y tantos y tantos que sintieron -en tantas y tantas y tantas ocasiones- aliviada la carga de su vida porque fue benevolencia tuya la de hacer que el Sr. Cangrejo conociese que la llevaban. Te doy gracias en nombre de aquella buena colección de trabajadores en cuyo privilegiado caso -para qué dar los detalles- fue el jefe el que trabajó para los subordinados. Yo te doy gracias. Yo te doy gracias porque has preservado al mejor jefe del mundo.
    Yo te doy gracias, Padre, muy especialmente, en nombre de nadie puede saber cuántos niños no nacidos que llegaron a nacer, y cuya diferencia con otros muchos millones de niños no nacidos que no llegaron a nacer es que pasaba por allí el Sr. Cangrejo. Qué diferencia, también, la que existe entre la mayoría de los que nos llamamos «provida» y el Sr. Cangrejo, porque la mayoría nos limitamos a escandalizarnos y a criticar para tranquilizar -de modo ciertamente difícil de entender- nuestras extrañas conciencias, y el Sr. Cangrejo ha empeñado en esta lucha mucho -pero mucho- tiempo, dinero, trabajo, ideas y alma, sea en manifestaciones públicas, sea en los miles de horas dedicados abnegadamente a este blog, sea en tantísimas cosas que yo -tan cercano a él, y que tanto le quiero- soy incapaz de recordar. Yo te doy muchas gracias.
    En fin, yo te doy gracias, ¡Padre!, ¡Abba!, ¡Papaíto!, ¡Padrazo!, porque a él, mucho más que a otros, se le aplican los versos de Amado Nervo:
    «Cuando te extingas para siempre, acaso
    ni siquiera sabrás la luz que diste…»
    Y también -déjame, por favor, que te lo diga temblando- gracias porque no me lo has quitado.

    miguelmariano

    diciembre 28, 2012 at 1:40 am


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