¿Existe algún Matamala de verdad o todo son suplantaciones de identidad?

Casi no recordaba aquél blog malicioso  que enlaza recientemente Germinans. Fijáos en los apellidos: Riera Matamala. ¡Y resulta que no son los verdaderos! También resulta que el tipo no tiene nombre, quizá es que aún no se ha bautizado.

Con la que le está cayendo a Germinans Germinabit por haber dado este apellido como parte de la identificación preceptiva para abrir un portal en internet, resulta escandaloso este dato. Para ellos pide la Fiscalía nada menos que un año de cárcel y más de tres mil euros de multa por usar la palabrota, pero quien ha contratado a detectives, hackers y espías para averiguar ciertos datos, comete un triple pecado mortal con volteretas en el aire: Tras afear la palabra (Matamala) y su uso, la emplea como firma del artículo, publica toda suerte de datos privados en contravención a las disposiciones legales, olvidando que:

 

Artículo 44. 4. C

4. Son infracciones muy graves:

c. Recabar y tratar los datos de carácter personal a los que se refiere el apartado 2 del artículo 7 cuando no medie el consentimiento expreso del afectado; recabar y tratar los datos referidos en el apartado 3 del artículo 7 cuando no lo disponga una ley o el afectado no haya consentido expresamente, o violentar la prohibición contenida en el apartado 4 del artículo 7.

Artículo 45. 3

3. Las infracciones muy graves serán sancionadas con multa de 50.000.000 a 100.000.000 de pesetas. [ Imagino que en la actualidad se traduce a euros, siendo éstos un considerable montón.]

Y tercer pecado gordo, comete la estupidez de pensar que es lo mismo la ejecución del hecho que el poder perfectivo, que el autor material es también autor  intelectual, (Como está de moda llamarlos tras el juiciofarsa del 15-M.)  Me parece pecado muy gordo no prestar atención a Mario Conde cuando habla en el gato. Siempre tiene algo interesante que contar y si no, pues te arrea precisamente el rollo del poder perfectivo, del director de un banco que manda a un empleado firmar una carta en su nombre o conceder un crédito. Repite entonces que la autoría material es del empleado, pero que se ha de considerar como autor a quien lo manda. Esto es el poder perfectivo de autoría.

Los gerentes de empresillas familiares guardamos los sellos de la empresa bajo llave, no sea que álguien lo emplee para otorgarse un  a nombre de la empresa un supuesto poder perfectivo nuestro, que nadie le ha conferido.

Dicho de otra forma más concreta: El matrimonio que vive en un castillo amurallado es ejecutor de un pago con tarjeta electrónica por orden de quien puede ser considerado responsable y autor material del hecho, lo que exculpa a estos señores de haber pretendido apellidarse Matamala y les extrae del montón de los fraudulentos que bajo este apellido punible se acojen. Pero al pecador de la pradera que escribió la entrada no hay forma de exculparlo, sin sentenciar que nadie en Germinans ha de ser castigado por presentar el apellido de la mata que no es buena.

Pronto sabremos si la justicia emplea uno o dos raseros para sus veredictos.

Por Iñigo Ruiz (No confundir con Iñigo Matamala).