Kale borroca en Barcelona: hace tiempo que la sufrimos los defensores de la vida.

Carlos Palos. Se nos anuncia que los actos de violencia callejera podrán ser castigados con penas equiparables a la  kale borroka. La medida suscita debate, pero pocos se preguntan cómo hemos llegado a este punto.

Pues miren, les diré que en las concentraciones del 25 de cada mes en defensa de la vida tenemos que soportar los insultos de un grupo de radicales, que acuden sin ningún tipo de autorización, y cuyos métodos distan poco de los de la  kale borroka. La policía de Barcelona ha empleado sus mejores unidades para evitar agresiones físicas, sin conseguirlo en todos los casos, pero ha permitido todo tipo de insultos.

¿Por qué no se actúa? Por miedo. Pero ese miedo, lejos de ser una medida de prudencia, es una temeridad que da alas a los violentos.

En las veladas de los 25 ellos no se atreven a más porque está la policía y porque son pocos. No ocurrió así el 29, y los resultados están a la vista de todos.

Los políticos les tienen miedo y dejan hacer. Parece que, en ocasiones, es mejor mirar a otro lado. Muchos ciudadanos no pudieron acudir a sus puestos de trabajo el 29 debido a las barricadas. Las barricadas contaban con la presencia de policías. Pero, ¿qué hacían allí las fuerzas de orden público?, a lo sumo, tolerar una agresión de unos ciudadanos sobre otros (como es impedir el acceso al puesto de trabajo) y simplemente intentar evitar la posible violencia física. Su acción se podría comparar a la de los cascos azules, pero mientras ésos carecen de autorización para emplear la fuerza en aquel territorio, las fuerzas de orden público tienen el poder y la obligación de ejercerlo para hacer cumplir la ley.

En fin, ya les explicamos en otra entrada la importancia de combatir el pequeño delito para que no se llegue al grande. Ese método que redujo a la tercera parte los delitos en Nueva York.

Ahora abogamos por el cumplimiento de la ley para todos los ciudadanos. En en caso del aborto hemos asistido a un abandono por parte de la administración de su obligación de velar por el cumplimiento de la ley, de manera que este país se ha convertido en el abortorio de Europa a pesar de tener una ley que no aceptaba el aborto más que en tres supuestos de excepcionalidad.

Ahora que el gobierno desea volver al anterior redactado y que ha dado muestras de desear proteger a la mujer que desea ser madre, le aplaudiremos de veras si vela por el cumpliento generoso de la ley, es decir, si vela con eficacia por la vida del más débil y combate a esa kale borroca abortista de los Morín, Aído y “prudentes” que dejan hacer a los poderosos para evitarse problemas.  

 

Cartel comentado por Luna:

 

Si no hay pa$ta, no hay aborto

Esta pieza metálica puede obrar un aborto

 

El contexto actual obrado por las ministros Pajín y Aído sitúa teóricamenta al aborto como un acto de redención y ejercicio de un derecho que se otorga a las mujeres del mismo modo que si lo tuvieran. De ser así, los abortorios habrían de considerarse centros para la obtención de la liberación o cuanto menos, caritativos.

 

 

 

Hace pocos día, nos quejábamos en otra entrada de cómo la Generalidad de Cataluña destina la cantidad de 500 millones de euros para abortorios privados, luego de hacer supresión de prestaciones imprescindibles en el ICS (Institut català de la salut, transferencia autonómica del INS). Ahora tenemos el motivo: Las «clínicas» abortistas están dispuestas a suspender sus «servicios» si no se les paga lo que se les adeuda.

La mecha se enciende en Castilla-la Mancha, por aquéllo de ser feudo del PP. Los abortorios de esta Comunidad se han puesto de acuerdo para reclamar 1’5 millones, amenazando con no practicar abortos en caso contrario. (Desde aquí no lamentamos esta huelga.)

A los 14 meses de entrada en vigor de aquella «Ley Aído», llegamos a esta situación. Ya vemos que lo de la pretendida compasión por la mujer que necesita erradicar la indeseable enfermedad del embarazo es pura postura publicitaria y que hasta aquí llega la campaña electoral. Una vez más, vemos la democracia reducida a ingresos o llevada al chantaje si éstos no se producen.

Dicho sea de paso: Hablamos de una demarcación muy amplia, compuesta por Madrid, Comunidad Valenciana y provincia de Albacete. Son 1’5 millones de euros y 300 crímenes a cobrar. Cataluña gasta -ella solita- 2’5 millones al año… Escalofriante exterminio bajo estas cifras.

No sé si les suena el argumento electoralista de que «Con Rajoy habrá que ir al médico llevando la tarjeta de crédito en los dientes». Ahora pretenden llevar la afirmación a la realidad, haciendo tabla rasa de dos características  que lo convierten en falacia argumental:

1-Las deudas contraídas son imputables a la legislatura del PSOE. (Tampoco honraría a ningún partido el resarcirlas para el pago de asesinatos, como acto de connivencia con los mismos).

2-El aborto no es una práctica médica, por cuanto no busca la vida ni salud de uno de los pacientes, sino su muerte expresamente.

Por Luna

Sorpresa: el «aborto Rajoy» mata tanto como el «aborto Aído».

Según anuncia el diario El País habrían disminuido el número de abortos en el 2010. Como comenta Hazteoír, el dato estaría filtrado por el diario pro gubernamental para defender la tesis de la bondad de la nueva ley del aborto.

Pero debe señalarse, en primer lugar, que no  existe ningún registro fiable sobre el número de abortos en España, ni sobre los plazos, por la sencilla razón de que quienes son responsables de recoger estos datos en su inmensa mayoría, en el 90%, son las clínicas privadas, y éstas no están sometidas a ningún tipo de control sistemático de carácter administrativo o estadístico sobre los datos que presentan, la forma que los recogen y elaboran. Ahí hay un inmenso agujero negro