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Figurantes en la concentración por la vida

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Ya es de todos conocido que la concentración en favor de la vida que se reúne mensualmente frente al Hospital de San Pablo sufre el ataque laicista y proabortista de una contramanifestación convocada por grupos radicales de ultraizquierda, que nunca piden autorización para esta actividad. Vienen frecuentemente en nuestras crónicas y se pueden encontrar también en youtube.

Tuvieron dificultades que mermaron su contingente, como podréis ver en la entrada de este blog <<¿Por qué no hubo «malos» en la Hospital de San Pablo>>. Vieron también que la violencia que aplicaban no consigue amedrentarnos en absoluto y que la eficacia policial ha parado casi todos los golpes asestados, por lo que tuivieron que buscar nuevos modos para ejercer su intolerancia en modo eficiente, pero no evidente.

Ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario han conseguido en esta última celebración, la del día 28 de diciembre. No fueron eficaces porque se veía muy bien quiénes eran y que actuaban de modo organizado, pese a pretender absoluta espontaneidad. No consiguieron salvar la absoluta evidencia por no saber disfrazarse adecuadamente de la «normalidad» que pretendían en el atuendo, estas personas que no están acostumbradas a ser normales. Pasar de la litrona en la mano o la camiseta del Ché Guevara al abrigo de trenka o chaqueta pija de esquí puede ser difícil, así como encontrar algo para la cabeza que pueda tapar crecidísimas rastas y extensiones de cabello.

De haber conseguido una buena caracterización que acompañara a un vestuario llevado con la mayor soltura que la costumbre otorga, habrían encontrado igualmente otros dos problemas, que no supieron solucioner porque no supieron ver: Sus caras no han cambiado y el grupìllo principal está comnpuesto siempre por los mismos. No sé cómo tienen los pies y podrán engañarme con un poco de harina -como en el cuento-, pero ya podrán disfrazar todo el cuerpo, que si no se tapan las facciones, digo aquello de la mona vestida de seda. ¡Ni una peluca se puso el calvo de siempre!

La segunda evidencia que obviaron (Y así les fue), la de sus voces. Muy peculiares las de camionera de algunas «miembras» [sic.] del colectivo Rimaia. Les aconsejo clara de huevo o gas helio de los globos hinchables, para modificarla.

Los veíamos de «transeúntes», con la falta de casualidad que supone venir andando en paralelo a la marcha. Ninguno la atravesaba en los otros sentidos o permanecía quieto en un lugar, mientras nosotros nos desplazábamos. Nadie en las mesas de las terrazas de los bares…  Pero en esta mala coreografía (Que desesperaría a Garci y hasta a Almodóvar), nos gritaban lemas tan «espontáneos» como «Dejad a las mujeres decidir», «Sacad vuestros Rosarios de nuestros ovarios» y otros consabidos, que nunca han faltado en su ofensiva. No gritaron el de «La única iglesia que ilumina es la que arde» por primera vez; temerosos de que se les viera demasiado el plumero.

Con esta representación, pretendían dar una imágen de que este rechazo es el originado por la gente de la calle, dar un topico de lo habitual, muy diferente del que allí existe y que contrasta con la mala intención de esta puesta en escena patética e histriónica.  ¿Qué  otras respuestas hubo por parte de los «normales» de verdad? Unos se ponían en pie al vernos pasar, otros hacían la Señal de la Cruz o cuanto menos, guardaban silencio. A alguno ví corear el Credo cantado con nosotros. Y quien daba una muestra de rehazo, se limitaba a sonreir y menear la cabeza, como diciendo que estamos pirados.

No importa. No es esta figuración la que más me molesta sino la del Gobierno con sus promesas a principios de año, su falta de diligencia o la muestra de traición con afirmaciones posteriores de carácter abortista.

Quizá lo de los malos actores fue un vociferio infructusoso, como puede serlo el nuestro. Pero las palabras de Gallardón y de Rajoy o el silencio de otros muchos al respecto son lo que tiene auténtica influencia. Y estos figurantes son más patéticos y peligrosos que los otros.

Por Iñigo Ruiz

Written by barcelonavida

diciembre 31, 2012 at 12:38 pm

Dudosa doctrina ética de la factoría del Hospital Sant Pau.

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El gerente del Hospital de Sant Pau de Barcelona, Xavier Corbella, ha presentado un protocolo de actuación en relación al aborto en el que se señala que en el Sant Pau “no se practican interrupciones del embarazo  voluntariamente; se practican interrupciones médicas del embarazo”. “Tú tienes  una madre que tiene un riesgo vital, tu vida corre peligro, tu feto es inviable,  entonces se practica una interrupción médica del embarazo”.

 

La presentación de ese protocolo de actuación, presentado con el supuesto beneplácito del Arzobispado de Barcelona, presente en el Patronato del Hospital, causa cierta extrañeza. Ya Pio XII explicó la doctrina del voluntario indirecto, y la misma Congregación para la doctrina de la fe ha vuelto a presentar esa doctrina en un reciente documento titulado: “aclaración sobre el aborto procurado”:

 

“Por lo que se refiere al problema de determinados tratamientos médicos para preservar la salud de la madre, es necesario distinguir bien entre dos hechos diferentes: por una parte, una intervención que directamente provoca la muerte del feto, llamada en ocasiones de manera inapropiada aborto “terapéutico”, que nunca puede ser lícito, pues constituye el asesinato directo de un ser humano inocente; por otra parte, una intervención no abortiva en sí misma que puede tener, como consecuencia colateral, la muerte del hijo: «Si, por ejemplo, la salvación de la vida de la futura madre, independientemente de su estado de embarazo, requiriera urgentemente una intervención quirúrgica, u otro tratamiento terapéutico, que tendría como consecuencia accesoria, de ningún modo querida ni pretendida, pero inevitable, la muerte del feto, un acto así ya no podría considerarse un atentado directo contra la vida inocente. En estas condiciones, la operación podría ser considerada lícita, al igual que otras intervenciones médicas similares, siempre que se trate de un bien de elevado valor —como es la vida— y que no sea posible postergarla tras el nacimiento del niño, ni recurrir a otro remedio eficaz» (Pío XII, discurso “Frente de la Familia” y a la Asociación de Familias Numerosas, 27 de noviembre de 1951)”.

 

No se entiende por qué no se aplica la doctrina del voluntario indirecto. Si la madre requiere operación para sobrevivir, practíquese de la forma menos intrusiva para la criatura. La posible muerte del feto no será éticamente reprobable.

Es interesante que el Patronato del hospital de Sant Pau aclare que entre los “abortos médicos” no estarán abortos por cuestiones  de enfermedades cromosómicas, como el síndrome de Down y el de Turnessr,  independientemente de que implique una discapacidad física o psíquica, pero con  excepción de casos en que se presenten marcadores adicionales de gravedad de los  apartados anteriores”. Es una pena la inclusión de este último punto (el subrayado es nuestro), que puede llegar a limitar o trivializar lo anteriormente señalado, pues bastaría señalar que se han advertido “marcadores adicionales de gravedad” para practicar el aborto.

Más preocupación causa el documento del Patronato del Sant Pau al señalar que: “También se asume la resolución de aquellos casos en los que se diagnostique  una “anomalía fetal” que de forma altamente frecuente se asocie con una muerte  fetal o neonatal a corto plazo, y también en aquellos casos de dolencias graves  e incurables en las que el desarrollo neurológico impida una vida consciente y  de relación con probabilidad de dependencia extrema y persistente”.

Son numerosos los casos de padres que han decidido seguir adelante en el embarazo a pesar de recibir informes sobre una más que probable muerte a corto plazo y que finalmente se han desarrollado con toda normalidad.

Un documento elaborado por la federación de médicos cristianos, de mayor credibilidad que el institut Borja, publicada dentro de los documentos de la “Pontificia academia de la vida”, señala que los diagnósticos médicos en temas de previsión de muerte prematura y vida vegetativa no son del todo fiables, y que, la vida vegetativa no debe equipararse ni al estado de coma o a la muerte clínica, y que no es una opción éticamente correcta decidir su eliminación.

El juicio del Instituto Borja de Bioética, según el cual: “en caso de conflicto grave, estamos a  favor de la decisión responsable y tomada en conciencia por parte de los  afectados”, es del todo inapropiado, pues la conciencia podrá ser criterio de moralidad cuando se ha formado correctamente. Como recordaba Juan Pablo II: «Entre los medios que el amor redentor de Cristo ha dispuesto para evitar este peligro de error [hace referencia a la conciencia venciblemente errónea], se encuentra el Magisterio de la Iglesia: en su nombre, posee una verdadera y propia autoridad de enseñanza. Por tanto, no se puede decir que un fiel ha realizado una diligente búsqueda de la verdad, si no tiene en cuenta lo que el Magisterio enseña; si, equiparándolo a cualquier otra fuente de conocimiento, él se constituye en su juez; si, en la duda, sigue más bien su propia opinión o la de los teólogos, prefiriéndola a la enseñanza cierta del Magisterio»(17).

Ver también artículo de mossen Custodio Ballester:

http://germinansgerminabit.blogspot.com.es/2012/10/aborto-limitado-en-sant-pau.html?spref=fb

Y mío:

https://barcelonavida.wordpress.com/2012/10/18/el-sant-pau-un-poco-mas-favorable-a-la-vida-y-la-maternidad/

Carlos Palos

 

 

 

 

Written by barcelonavida

octubre 19, 2012 at 1:38 pm

El Sant Pau un poco más favorable a la vida y la maternidad.

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El pasado domingo apareció la noticia del compromiso del hospital de Sant Pau de no practicar abortos. Información comentada en este blog por Iñigo Ruiz. Deseo hacer algunos comentarios.

1. El comunicado supone un triunfo de quienes cada 25 de cada mes se han reunido delante de hospitales en los que se practican abortos.

2. Denota sensibilidad de los llamados «representantes de la iglesia». Aclarar sin embargo que Iglesia somos todos los bautizados y gracias a Dios estamos en todos los estamentos sociales. Los llamados «representantes de la iglesia» son en realidad representantes de uno de los muchísimos entes celestiales.
De todas maneras, quiero agradecer a esos «representantes» que no obviaran la cuestión, y a las autoridades eclesiásticas, al obispo especialmente, por haber influido, aunque sólo haya sido con su oración, que nunca es poco.

3. Es de esperar que en otros hospitales se emitan comunicados de esa índole. No basta con decir que «ya lo hemos dicho». Es preciso que los responsables de la institución se comprometan públicamente, como en el Sant Pau.

4. Como afirma el doctor Josep María Simó, de Metjes cristians, es necesario que los hospitales tengan cauces para proteger la vida. La aclaración de que derivarán los casos a otras instituciones deja entrever poco afecto a la vida, un lavarse las manos, de hecho, la misma «ley Aído» ordena que a las madres se les explique qué ayudas tienen para la maternidad y se les informe de consecuencias psicológicas del aborto y la maternidad.

Como dice Iñigo, no se conoce ningún caso de derivación de madres con problemas procedentes del Sant Pau a centros de acogida a la vida.
Es decir, el hospital de Sant Pau debe demostrar con hechos que está a favor de la natalidad y la maternidad.

5. Sería deseable que constaran informes anuales del número de «abortos médicos» realizados, y que su número no fuera superior a un dígito, como ellos han dado a entender en el comunicado.

Congratularnos pues de los avances y pedir esas estructuras de apoyo a la maternidad para el Sant Pau. Mientras tanto, y para no bajar la guardia, seguiremos clamando cada 25 de cada mes, ante las instituciones hospitalarias.

Carlos Palos

Written by barcelonavida

octubre 18, 2012 at 9:42 am

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¿Dejarán de hacer abortos no médicos en el Hospital de san Pablo?

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Después de leer esta noticia

En la web de «La Vanguardia»

El Hospital Sant Pau de Barcelona limita los abortos a casos  extremos

El centro aprueba un protocolo de derivación de  casos a Vall d’Hebron y al Hospital del Mar con el visto bueno del arzobispado

Barcelona| 14/10/2012 – 10:22h

Barcelona. (EUROPA PRESS).- El Hospital Sant Pau de Barcelona ha elaborado un protocolo de derivación de las interrupciones voluntarias del embarazo (IVE),  después de que la fundación, en que se encuentra el Arzobispado, aprobara prohibir los abortos voluntarios, si bien  acepta «interrupciones médicas del embarazo» en situaciones extremas –aborto  médico– con el beneplácito de la representación eclesiástica en el  patronato.

En una entrevista de Europa Press, el gerente del centro, Xavier Corbella, ha  aseverado que en el Sant Pau «no se practican interrupciones del embarazo  voluntariamente; se practican interrupciones médicas del embarazo». «Tú tienes  una madre que tiene un riesgo vital, tu vida corre peligro, tu feto es inviable,  entonces se practica una interrupción médica del embarazo», ha señalado el  gerente del Sant Pau, que ha aprobado un protocolo de derivación al Hospital  Vall d’Hebron y del Mar de Barcelona de los casos voluntarios que se adecuan a  la nueva legislación vigente.

«No rehuímos la responsabilidad médica, que se da en circunstancias muy  particulares, y que son 8 ó 9 casos al año a lo sumo», ha aclarado Corbella,  quien ha explicado que los casos excepcionales, y que el hospital recoge en un  documento, son seguidos por el comité asistencial y la comisión médica, bajo los  protocolos aprobados.

«Si vienes como mujer a realizar una interrupción voluntaria del embarazo»,  el caso se derivará a otro centro, pero ha justificado que el nivel de  excelencia de la unidad maternoinfantil del hospital obliga a atender casos  complejos que, en algunos casos, requieren un ‘aborto médico’.

En un documento interno, al que ha tenido acceso Europa Press, el centro  asume la interrupción del embarazo «en el caso de enfermedades maternas graves  en las que el embarazo puede ser, con alta probabilidad, la causante de un  desenlace fatal, justificado con informes detallados y apoyados por literatura  científica actualizada».

También se asume la resolución de aquellos casos en los que se diagnostique  una «anomalía fetal» que de forma altamente frecuente se asocie con una muerte  fetal o neonatal a corto plazo, y también en aquellos casos de dolencias graves  e incurables en las que el desarrollo neurológico impida una vida consciente y  de relación con probabilidad de dependencia extrema y persistente.

Síndrome de Down

No obstante, el Sant Pau renuncia de forma explícita a abortos por cuestiones  de enfermedades cromosómicas, como el síndrome de Down y el de Turnessr,  independientemente de que implique una discapacidad física o psíquica, pero con  excepción de casos en que se presenten marcadores adicionales de gravedad de los  apartados anteriores.

El año pasado, el Patronato de la Fundación de Gestión del Sant Pau, que  cuenta con Arzobispado, Ayuntamiento y Generalitat –con mayoría esta última–, aprobó derivar las IVE a otros hospitales y dejar de practicar abortos  voluntarios. De todas, formas se acordó elaborar un protocolo para garantizar el  derecho que reconoce la ley sobre interrupción voluntaria del embarazo y salud  sexual y reproductiva, pero en otros centros.

En junio del año pasado, el Arzobispado comunicó públicamente que vela por  que el hospital no practique abortos, y señaló que el centro nunca ha pedido la  acreditación como centro autorizado para la práctica de interrupciones del  embarazo.

Según el nuevo gerente del Sant Pau, el Arzobispado admite los casos extremos  contemplados en el documento y argumenta: «Este centro no practica –la  interrupción voluntaria– porque tiene esta condición de que en el patronato  está la Iglesia y, por tanto, se acoge a la objeción y nosotros estamos  totalmente de acuerdo y los profesionales también». «Otra cosa es que los  profesionales lo que sí que no encontraríamos normal es no poder realizar una  interrupción medica del embarazo cuando la vida de la enferma corre peligro o el  feto porque es una actitud médica un procedimiento médico», ha señalado  Corbella.

La derivación de casos voluntarios a otros hospitales de la capital catalana  ha generado malestar entre los profesionales del servicio de ginecología de los  citados centros por ver aumentada su carga de trabajo y su disconformidad de  erigirse como centros de referencia en la materia, han explicado médicos a  Europa Press.

El arzobispado lo admite en casos extremos

Preguntado por la cuestión, el Arzobispado se ha remitido a la Consideración  del embrión humano, emitida por el Institut Borja de Bioètica de la Universitat  Ramon Llull (URL) a favor de la vida, pero que entiende situaciones graves  extremas. De hecho, el texto señala: «En caso de conflicto grave, estamos a  favor de la decisión responsable y tomada en conciencia por parte de los  afectados».

El Instituto admite que en caso de despenalización de la interrupción del  embarazo en ciertos supuestos de conflicto grave que hacen prever un futuro de  dolor y sufrimiento para los implicados, se comprende la intervención como un  gesto de comprensión y acogida hacia las personas que se encuentran en  circunstancias difíciles, concluye.

Me pregunto:

¿Es que hasta ahora se realizaban abortos no médicos en este hospital?

Encontrando dos respuestas posibles. La primera es que igual los ejecutaba un vendedor de trombones o cualquier otro intrusista, que de noche es vidente y trabaja en los sorteos de televisión.

La segunda es todavía menos ética, por lo que habré de descartarla: Por cuanto el ejercicio de la medicina se entrega a la mejora de la salud y bienestar del paciente, las praxis ordenadas a causarles el máximo empeoramiento que cabe esperar (la muerte) es contraria a la dedicación del médico, luego no podremos hablar con propiedad del término «aborto médico» en ninguna circunstancia.

Buscando algún sentido a este galimatías, la única solución que encuentro es que estén haciendo uso intencionado de eufemnismos con los que ocultar y edulcorar una realidad rechazable de principio y por principios. No es una especial agudeza lo que me lleva por este camino disquisitorio, sino la rutina que genera el hábito de encontrar siempre lo mismo en los intentos de justificar abortos. lamentablemente, encuentro por este sistema que no hacen nada más, aparte de intentar engañarnos y burlar a nuestras conciencias y las de S.E.R. el Cardenal Sistach. Porque la especificación de la característica que describe el adjetivo de «médico» da a suponer una excepción casual, lo que nos haría entender la exclusión de los otros casos, algo así como si éstos fueran los buenos y los otros no y por esto, se dejen de hacer.

O es que un nuevo hábito -saludablemente moral- destierra el deleznable de matar a un hijo por consentimiento de la madre: Cuando es el médico quien lo determina y no siempre teniendo conocimiento la gestante. ¿Es esto un aborto médico y lo otro un aborto a secas?¿Quién lo hace deseable y cómo lo justifica?

¿Pues quién iba a ser? Por desgracia, está detrás de todo esto el Instituto Borja de bioética, manantial de despropósitos contrarios al Magisterio de la Iglesia, que está obstinado en alumbrarla, para desgracia de todos. tan éticos, que aprueban que se derive el resto de casos a otros centros, porque son rechazables. (Ladrones: Vayan a robar a can Borja, que en mi casa está pero que muy mal hacerlo.)

¿Cómo lo va a justificar? De ninguna manera, porque no es posible hacerlo, no es justo. Ni visto desde la extraña sobredimensión de casos, que no coincide para nada con las estadísticas en que se da la posible elección (méramente técnica, que no moral) del médico entre ambas vidas, situación que raya en la actualidad los índices de lo improbable. Pero es que tampoco es justo que una institución consejera asesore a la Iglesia en contra de sus propias convicciones y principios, ni que encuentre el subterfugio casuístico para convertirla en el perro del hortelano, que ni hace, ni deja hacer. La clave puede estar en cómo se justifican las intervenciones en el seno  de esta Diócesis, a través de un entramado de estructuras de marcada intencionalidad ideológica y afinidad a quienes disponen los cargos. Viene a ser el modo en que se llegan a dar por buenos los verdugos en los países en que las ejecuciones son públicas, ni más ni menos.

Bien, llevamos una parte avanzada, pero esto es relojería, por lo que resulta necesario que todos los resortes y engranajes tengan sus contactos para tener un buen funcionamiento. Éste no podría darse sin convencer a la opinión pública de que se está haciendo lo más santo, a la vez que se consiente lo que no se sabe evitar (Por no decir que de esto ya se encargan los de Borja). Aquí tenemos un fabuloso cuento sobre la ACAI, que viene como anillo al dedo. Quede claro que no han solicitado nunca el ingreso en la mafia de clínicas aborteras, pero tampoco ha de permanecer en la oscuridad que no es requisito para que puedan parcticarlos, ya que esta asociación es como una comunidad de vecinos: Se dedica a gestionar y decidir algunos asuntos en modo colectivo, pero no tienen la competencia de legitimar los quirófanos o a los aborteros y se puede tener un matadero de hijos sin pedirles permiso. Si nos dicen desde el Consistorio que tampoco han pedido wi-fi en el hospital, tendrán la misma razón para disuadirnos.

Y llega el cumplimiento de la «Ley Aído». Pues miren ustedes, señores del Consistorio: En la juguetería de la esquina no tienen estos problemas, ni los tienen ustedes tampoco. No existen en los hospitales en donde no se aborta, a menos que se busquen específicamente. Si quieren, pueden hacerse todos «Pionners» y obedecer la promesa de no beber nunca más, como hacen los miembros de este colectivo, pero nadie les obliga. Quede claro.

Tampoco este lenitivo conseguirá evitar que una angustia enorme recorra la mente de todo aquél que se pare a considerar que cuando se siguen haciendo abortos y se han prohibido los voluntarios, sólo se pueden hacer los obligados, por exclusión simple. Ni conseguirán que el feto que dan por inviable aumente su viabilidad dándole muerte.

Llegando aquí, ya no me pregunto a quién quieren engañar, sino ¿A quién pueden engañar? está claro, nadie va a creer que esta tramoya es un escenario real, pero van a conseguir que los partidarios del aborto tengan nuevas distracciones para dejar de considerar que el feto sigue adelante en su gestación hasta el momento del parto si no se despedaza o envenena y que haya un nuevo asidero para permtir la desidia que por parte de nuestra Iglesia se está dando en este caso, que no es otro que de probada incompetencia. Pero una incompetencia que toma aquí el cariz equívoco, al aducir la característica de excelencia del centro para tener que admitir estas matanzas, cuando no llegue la del Hospital del mar o Valle Hebrón… Excelencia que pueden rebajar intencionadamente, bastando con no mantener a los cualificados en lo que no debe hacerse.

¿Pero dónde queda la excelencia de la Iglesia? Olvidada por completo, cuando se hace tabla rasa de las consideraciones de doctores como Gerôme Lejeune o Jouvé y se entiende que puede hacerse distinciones cualitativas entre personas con síndrome Down y otras que sufren otras alteraciones, que es un gesto de comprensión el de suponer que los enfermos no tienen alma -Requisito imprescindible a mi modo de ver para practicarles la eutanasia activa- o que el banderillazo intrauterino es un gesto de acogida.

Por Iñigo Ruiz

Written by barcelonavida

octubre 14, 2012 at 4:09 pm

¿Por qué no hubo malos en el hospital de San Pablo?

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Viene siendo habitual que en las crónicas de las concentraciones contra el aborto del 25-V se encuentre la descripción de cómo se ha reunido de forma ilegal una manifestación en contra nuestra con actos violentos o intimidatorios.

Podéis ver que los organizadores contaron con bastantes medios, que editaron carteles y gastaron un buen platal . Sospechoso, muy sospechoso. Esta gente sin oficio -pero con beneficio- siempre disponen de todo lo necesario para perpetrar sus fechorías, también de la necesaria anuencia o despiste por parte de quienes tienen el cometido de evitar que se den actos vandálicos y de preservar la ley y el orden público. Por lo menos, hasta ahora. Parece ser que algunas cosas están cambiando un poco.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ayer no comparecieron estos adláteres y tanto la concentración como la marcha por la vida fueron un remanso de paz. Cabe preguntarse por qué no vinieron.

Las webs que recibían subvenciones increíbles de partidos también increíbles se encuentran al borde de la mendicidad y del cierre, como Kaosenlared. Esta situación les ha llevado a confrontaciones y tensiones internas que se respiran en su anmbiente webero. Parece ser que «el nivel de trabajo de edición era tal» que se «hizo necesario» que algunas personas dedicaran todo el día al mismo, por lo que hubo que fijarles una nómina y «profesionalizarlos». Aquí se dispararon los gastos, por lo que las arcas quedaron como era de esperar entre anarcoides y algo había que hacer. Así que empezaron a contratar publicidad, lo que sentó como un tiro a sus lectores, que se quejan de que se han «vendido al capital», de que Kaosenlared «está del lado de la patronal» y lindezas parecidas. Quien quiera calcular el coste de su seguro, ahora lo puede hacer en este portal…

Organizaciones feministas que se habían situado en la vanguardia del cacao y de los palos dejaron de estarlo cuando entraron en coma económico, porque ya no eran útiles o imprescindibles al partido del poder (de antes) y dejaron de percibir la substanciosa financiación que les permitía el lujo de morar en un envidiable pisazo del Ensanche, otrora propiedad de un empresario burgués (del que es forzoso suponer que oprimía al trabajador, naturalmente.)Es el caso del «col.lectiu feminista Caladona», alojado actualmente en una casa de okupas de la calle Urgelll, traslado de la conocida «karbonera» tras su desalojo. Allá se las entiendan con el colectivo Rimaia, la competencia.

El kapital que todo lo pervierte les ha jugado una mala pasada y cuesta bastante volver a la esquina con el perro ya cebado, la flauta de calidad y la boina rasta de marca. Ya no es lo mismo de antes.

Pero la peor pasada se la ha jugado la realidad, siendo tan real que ya no hay manera de pervertirla. Esa policía que «tortura y asesina» no parece estar mcuho por la labor y queda demasiado evidente su actitud ante tantos testigos. Para empezar, son los mozos de Mas y no la Policía Nacional ni la Benemérita Guardia Civil. Un poco complicado para colgarles las etiquetas acostumbradas, porque el Honorable puede quedar en entredicho. Ni la fantasía más desbordada es capaz de encontrar en su pulquérrima actuación el menor atisbo de tortura ni de asesinato, pero lo que más les duele es la profesionalidad con que se conducen estas fuerzas del orden entre esta ausencia de actos represivos.

Sí, les molesta y deja en evidencia que baste con que los agentes les marquen el terreno que deben pisar y no les dejen pasar de lo acotado, que sean justos y ecuánimes y que cuando escriben un artículo con sus sueños sobre la injusticia que se ha obrado contra ellos, no salgan fotos mejores que la de arriba, tomada de uno de estos mentideros. No pueden mostrar sangre de los suyos, porque no la hay. No se atreven contra ellos porque saben que su postura es firme y que las cinco o nueve «bombonas» que acompañan a la manifa no son para trasladar a los agentes, sino a los detenidos que haya menester. Se acabó lo de orinarse encima de ellos .

Y además toman grabaciones de vídeo para los atestados que hubieran de hacer, teniendo bastante fichados a algunos energúmenos habituales. Esto les para más los pies que si la policía torturase de verdad y asesinase al primero que pasara. Se ven como ovejas conducidas al redil y no encuentran otro medio de evitarlo que el abucheo con la mitad de la boca que no es visible, la cacerolada desde algún piso estratégico en la avenida Gaudí o el lanzamiento de objetos . ¡Qué distante esta actividad de la de aquellos «chisperos» del 2 de mayo madrileño!. Normal: Hay valores que promueven unas actitudes y carencias de ellos que las frenan.

Hay más, claro que hay más. Cada vez que «no hay malos», hay alguno. Pocos, muy pocos. Porque ellos se dividen entre solidarios y aguerridos, por decirlo de una manera elegante. Los aguerridos quedan siempre, aunque no les hayan enviado a sabotear nada, aunque no sea requisito para que se les mantenga su «asociación» con el cheque trimestral. Son la parte más noble de esta facción, verdaderamente dignos de servir a una causa mejor -aunque no lo sepan.- Si no fuera porque el mal y la pena quedan hechos y porque ofenden a Dios y a la Santísima Virgen, me gustaría ir acompañado de sus gritos. Lo siento, soy así de íbero y admiro él valor. Valor que es necesario para ser tres ridículos entre doscientos, para silbar un poco en lugar de tirar piedras, para llevar las de perder en todos los sentidos y ser casi ignorados en el meollo. «Casi», porque rezamos por ellos.

Y sigue habiendo más. El laberinto se les hace ya mareante. Si resulta lioso de sí el intento de justificar que matar a tus hijo es derecho de la mujer entre los abusos del macho, decir que somos «ultracatólicos» cuando hay protestantes y hasta ateos entre nuestras filas, decir que estamos en connivencia con la Confrencia Episcopal y no encontrar jamás a Rouco Varela por allí, mantener que la marcha la organizan partidos «ultraderechistas» cuando casi  no tenemos en España  nada más a la derdecha del PP, es complicado. Pero oir que como cristianos reclamamos a nuestros obispos que regulen la situación en estos hospitales participados por la Iglesia o se retiren de ellos, ver cómo no nos paramos en barras en denunciar su falta de providencias al respecto y que en esto vamos más allá que ellos -que son anticlericales- les rompe los esquemas.

Esquemas que ya estaban rotos de antemano, porque no hay maners de ocultar que el aborto es una versión muy mal encuberta de violencia doméstica y que es la única «de género» por definición. Si a esto unimos los afanes anarcoides que les impulsan, encontramos el sinsentido de estar pugnando por conformar una civilización determinada dentro del establecimiento de una legalidad hecha a su medida y en contrasentido lógico, que resulte agraviante para la mujer en nombre de su libertad, mientras vituperan a quienes exigen que se deroguen unas leyes, que haya mayor respeto para el sexo femenino y la humanidad en general. Y lo hacen sabedores de que las conciencias ajenas no sufren por doblepensar, mientras que las suyas no salen de la obsesión. Sencillamente, porque no tienen salida.

Escribir en sus panfletos que vamos robando todo el santo día y que vendemos niños, que somos millonarios supone el reparo de contemplarnos luego en nuestra salsa y saber que han mentido. Si no les llega el arrepentimiento, sí puede hacerlo la vergüenza de que se nota demasiado su ficción, porque se han acogido a suposiciones inverosímiles.

Esto y ser cuatro cuando fingen que nosotros somos la excepción, los monstruos de vitrina, puede tener mucha fuerza disuasoria. Además, no arman el ruido que quisieran -como nosotros tampoco lo conseguimos- debido a una «omertà» o ley del silencio vigente en los medios de comunicación, que no cubren la noticia, la inventan (Como hizo La Vanguardia meses atrás) o la difunden con el rigor de Intereconomía, en donde no cabe lo panfletario que desearían y sí se dan muestras de absoluta realidad.

Y aquí está el motivo último de por qué no vienen ya. No es que se hayan cansado, tampoco son desertores. Sencillamente, ya no les llaman. El dispositivo policial cuesta un ojo de la cara, pero es necesario ponernos a un centenar de Mozos de Escuadra para evitar los disturbios que causa esta gente, mover una veintena de furgonetas policiales, una tropilla añadida de Guardia Urbana que corte las calles, etc… Cada festín no autorizado cuesta una millonada y la Delegación del Gobierno ha de estar harta de estos dispendios. Saben allí que la estrategia adoptada por los hospitales participados por la Iglesia es la de derivar los abortos a otros que no lo estén, que Sus Eminencias piensan cubrir el expediente con esta actuación, para presentar unas gestiones «saneadas» o blanquear los sepulcros con una mano de cal. Lo importante es ahora que pasemos desapercibidos para que se «aparque» el tema. Han visto que no nos pueden dar miedo con estas manifestaciones, que permanecemos inalterables y nunca respondemos a ninguna provocación y que aun aumentan la publicidad al agrandar la «movida», por lo que la mano negra que les enviaba ha decidido que es mejor que brillen por su ausencia.

Va a ser que una mano no puede pensar, pero no se ha dado cuenta de que lo que verdaderamente sucede allí no es que se pongan en ridículo unos exaltados intransigentes al mostrar histeria permanente y violencia contra quienes no responden nunca. La noticia es que allí logramos las necesarias Intercesiones del Espíritu Santo y de la Santísima Virgen y que por su Mediación vence la vida. No es por otro motivo que nos reunimos.

Por Luna