Indignados: Aquí está la juventud del Papa
Habiendo fracasado de nuevo los «indignados» en su acoso en la Plaza de Neptuno y en un estertor de su propia dignidad, deciden sus anarcoides generales infundir una consigna que se corea a gritos, cuando ya quedan tan pocos que es posible ponerse de acuerdo para decir algo al únísono. «¿Dónde está la juventud del Papa?», preguntan.
Yo os respondo, indignados. Porque yo soy una ínifima parte de esta juventud, porque creo que es necesario hacerlo y sobre todo, porque debéis saberlo vosotros y todos los españoles. La juventuud del Papa está aquí y allá, en donde se encuentre en este momento. Entre sus familias o en sus puestos de trabajo. No agitando por las calles para pervertir la voluntad popular. No la encontraréis diciendo que representa al «Pueblo» ni hablando en su lugar. Trabaja, convive, construye.
Buscadla, si queréis entre los vuestros. Quizá no la encontraréis allí. Y no os extrañe, porque allí no tiene que estar. Buscadla por otras partes con el afán de linchamiento que mostrásteis ya en su dia y cuando la encontréis, la hayaréis confiada y sin temor, que os brinda de nuevo su comprensión o sencillamente, no os reconoce. Tiene otras cosas que hacer y otras cosas en que pensar, porque cree en otras cosas. Estáis enfrentados a ella y la tenéis por enemigo, sabed que aun cuando su actuación sea adversa a la vuestra, nunca habrá enemistad. Ni tan sólo rivalidad, simplemente, un noble empeño de ser, que lleva a contracorriente, pero no por el camino que queréis marcar vosotros. Y tomad cuenta ahora mismo de que esta juventud es también adalid y abanderada, que quiere, pide y procura justicia y que en algo se os destaca: En su sacrificio.
Está -en fin- junto a vosotros, en la misma España y en sus coordenadas de grandeza y de miseria, de vicisitudes temporales y de ambición, pero no de bienes, sino del bien. Miradla, no os moleste. Ved que usa de la conciencia y no del simple intento del medro, que no os mira a vosotros sino más allá, mucho más allá. Comprended en definitiva que podéis mucho -muchísimo- más y que estáis llamados a más. Dejad las escaramuzas colectivas e implicáos en la verdadera brega de cada día, que supere a lo anecdótico, que impresione por la constancia llevada cada día y no por una coreografía que haya salido bien. En esto so deseo los mejores resultados, indignados.
Por Iñigo Ruiz
Si estos indignados se plantearan (en vez de preguntar con sorna) dónde está la juventud del Papa, encontrarían realmente respuestas. Pero es que tampoco las quieren, porque ellos quieren ser la respuesta a todo, incluso a los problemas que ellos mismos generan, sin que existan en la realidad.
Me pregunto dónde se esconden los indignados cuando los sindicatos viven de destruir empresas y generar paro, porque cobran de hacerlo. Les pregunto dónde están cuando media Junta de Andalucía está viviendo del enorme robo de los EREs falsos, cuando se pretende destruir a una nación para ocultar lo enorme de una deuda autonómica o cuando se sanciona una ley que dispone que tu hija menor d eedad puede matar a tu nieto sin que ni siquiera te informen. Y es que no me interesan los pequeños remedios a pequeñísimos problemas circunstanciales, sino lo que terminará con nosotros si no le damos una verdadera respuesta.
Con tristeza, tengo que preguntar al Pueblo español: ¿Dónde ha quedado el sentido común?
Calamardo
septiembre 29, 2012 at 5:56 pm